Sobre la “filosofía” de los fascistas

Qué horror. Estamos en un ocaso sociológico espantoso y me incluyo en esa dinámica, por supuesto, por estar derramando mi opinión y verborrea en Facebook, el lugar con menos sol que existe, este opinódromo de luz blanca artificial y olor a plástico quemado, este contenedor de memes (esa palabra me da náuseas) idiotas que se postean en un par de segundos sin ningún tipo de transformación, elaboración, trabajo, compromiso, reflexión, con opiniones express sobre todo, sobre todos, con esa risita imbécil sobre todos los temas y todas las situaciones, de una ligereza insoportable, ¿dónde están los iconoclastas hoy día? Seguramente no en Facebook. El nihilismo de los 90 devino pura frivolidad ideológica. Libros de góndola del éxito, rabia tuitera, fascismo 4chan y este señor, Jordan Peterson, el líder del paquetón decadente de la escasez de espíritu.

La búsqueda de la profundidad hoy día es vista como algo ridículo, tonto, demodé y, antagónicamente, mientras más frívolo y -qué ironía- conservador sos, más influyente sos, más ñaña sos del new york times y patrono de los futuros disparadores de escuela, ratas de laboratorio del fascismo sanguinario gringo. ¿Peterson el filósofo más importante de la actualidad? Denme un respiro. Alain Badiu sigue vivo. Parece que el no-pensar es la nueva pose de los rebeldes. La insatisfacción punk ahora es una nostalgia impotente por la falsa ilusión que acompañaba los relatos del estado de bienestar. Confieso que yo también a veces quisiera poder vivir la fantasía del posible futuro que prometía la televisión de los 80 y no tener que habitar este simulacro mediocre que es el capitalismo tardío del sálvese quien pueda con esa exaltación estatizante del yo, ridícula, necia, un conveniente olvido de tres siglos de elaboración de pensamiento. Un simulacro idiota donde todos mienten y todos saben que todos mienten. Mucha opinión y poco ocuparse de sí. Mucho rápido, poco lento, cuando los tiempos del espíritu son lentos y eso sí que lo ha enseñado la espiral de la historia. El gnothi seauton, la máxima de Delfos que en algún momento significó "ocúpate de ti", devino en el opio nueva era de amarse a sí mismo, en ese cartesianismo imbécil de pensarse como un YO absoluto del cual no hay que ocuparse, porque es perfecto tal y como es y debe defenderse con los dientes y es el constituyente de todo. Qué dañino que ha sido el sujeto cartesiano, ¿habrá visto el buen René en sus sueños las atrocidades que han ocurrido en su nombre? A veces quisiera uno poder volver al relato colectivo, en lugar de leerle las sandeces a Peterson, ironizar sobre todo sin tener un ápice de reflexividad y desbordar opiniones sobre el tema del momento.

Nietszche no murió loco para esto.

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