Sobre Jean-Luc Nancy (1940 – 2021)
El 23 de agosto de 2021 murió Jean-Luc Nancy, después de haber hecho dedicados esfuerzos por elaborar una Filosofía del Cuerpo y su implacable teoría de que no "tenemos un cuerpo" sino que, más bien, lo somos, durante muchos años. Una ontología y una epistemología del cuerpo necesarias después de siglos de ingenuidad cartesiana con respecto a la dualidad que presentaba al cuerpo como un obstáculo que separa al pensamiento.
Con Jean-Luc y otros amigos como Deleuze y Guattari y Foucault el cuerpo se reinstala en el dominio del pensamiento.
Muere en un momento en el que me enfrento con la frontera metafísica - más que la proeza técnica - de tener unos implantes de titánio en mi brazo, la vivencia de una "nueva carne", una emancipación orgánica que recuerda al cuerpo sin órganos. Para Jean-Luc, el cuerpo es una certidumbre confundida hecha astillas y aparta el cuerpo del horizonte bio-tecnológico para entregarlo al horizonte del acontecimiento.
Para homenajearle basta dedicar unos minutos a leer "58 indicios del cuerpo".
A pesar de que "el cuerpo" - el cuerpo de uno- siempre escapa a la posibilidad de ser definido en palabras, en este libro disponiendo solamente de indicaciones, de huellas, de improntas, de vestigios, de indicios, nos da pistas para develar el enigma de estar siendo en corporeidad.
Son 58 aforismos cortos de una deliciosa simplicidad poética y teniendo en cuenta la imposible paradójica distancia de nombrar al cuerpo como un "esto" separado del ser, elabora una radical reflexión del cuerpo, la sensación, el cuerpo como colección de espíritus, el cuerpo como prisión o dios, el cuerpo como mucho más que mera anatomía, la tangencialidad de los cuerpos, la inseparable biología de los cuerpos, el cuerpo como diferencia, la necesaria imperfección de los cuerpos, los cuerpos como exceso de sentido, el cuerpo como lo móvil del alma, los cuerpos como fuerzas tensadas las unas contra las otras, el cuerpo como tumor del espíritu, entre muchos otros indicios que enriquecen la experiencia poética en la relación dialéctica entre el ser y la conciencia.
Con la muerte de Jean-Luc Nancy no termina su línea de fuga de epistemologías para el cuerpo que se alejan de la ingenuidad cartesiana de la dualidad, porque su "corpus" teórico hace rizoma con las juventudes antiedípicas que nos sabemos herederos de la elaboración de pensamiento para mundos nuevos más verdaderos y hermosos.
¡Salud, hombre hermoso!