Sobre el por qué del entrenamiento evolutivo

 Si en vez de pasarnos la vida fabricándonos un doble prepotente, con sendos discursos estéticos y éticos sobre quienes (creemos que) somos en un esfuerzo inútil por asirnos al abanico de formas de identidad esquizofrénicas que nos ofrece el capitalismo en su fase de descomposición, empezáramos, de una vez por todas, a prestar atención a lo fundamental, a lo "aburrido": cómo respiramos, cómo nos paramos, cómo estamos, cómo se siente, etc, podríamos generar una resistencia real a ser autómatas de la matrix y apelar a una singularidad creativa más que a saquear, depredar y consumir irreflexivamente todo a lo que accedemos en pos de ser un muñeco monstruoso y automatizado, una inquietante maquina-robot con un sistema operativo que explota la realidad del propio cuerpo y el y lo otro, a imagen del poder político fascista.

¿Estoy siendo como *debo* ser, lo que *deseo* ser o estoy siendo *como soy*?

Desde Laberinto de Conejo y Entrenamiento Evolutivo, intentamos develar los mecanismos de control instalados en nosotros mismos con el laborioso trabajo permanente de percibirnos desde nuestra animalidad y nuestro BIOS.

En este proceso de transformación del mundo entero, encerrados y despojados de la capacidad de imaginar alternativas a nuestra realidad, hemos trabajado amorosa y exhaustivamente en este gran proyecto virtual en aras de divulgar los caminos que hemos descubierto hacia una autonomía creativa no predatoria y generativa.

Anterior
Anterior

Todo el mundo es un actor: sobre el Jesús de Pasolini

Siguiente
Siguiente

Atlantis: cortometraje documental sobre el fantasma de la Atlántida, de Ben Russell.